El Vocero
El sector de estaciones de gasolina continúa en declive ante el alto incremento en los costos operacionales, a lo cual se añade la proliferación de permisos para establecer nuevas concesiones en un mercado que no provee para tantos competidores.
La situación es cada vez más dramática y por los pasados tres años se ha registrado el cierre de unas 100 estaciones que han dejado a más de 4,000 empleados cesanteados. Al presente, existen poco más de 800 estaciones en la Isla.
Para el presidente del Centro Unido de Detallistas (CUD), Rubén Piñero, gran parte del problema inició con la proliferación de permisos para el establecimiento de estaciones de gasolina mientras el mercado no mostraba el crecimiento necesario. Esto hizo que muchas estaciones no fueran rentables y optaron por el cierre.
Piñero dijo que también se añadió la llegada de los mayoristas “en competencia desleal”, que según explicó comenzaron a desestabilizar el mercado con ofertas que sacaron de carrera a los que no pudieron competir.
A nivel de los detallistas, para obtener un taque de gasolina se requiere como mínimo $30,000 en sus cuentas, toda vez que las líneas de crédito en su mayoría han sido reducidas o canceladas. “El problema mayor es que los gastos operacionales siguen subiendo pero los márgenes de ganancias siguen siendo los mismos, por lo que tienen que depender a subsistir de otros negocios como las tiendas de conveniencia o de servicio para los autos, lo que a su vez conlleva otros costos”, explicó Piñero.
Mencionó que el cobro a clientes mediante tarjetas de crédito es una opción que resulta costosa, pero muchas estaciones se han visto obligada a ofrecer la opción para no perder el patrocinio de los clientes. “Vender una soda en una gasolinera deja más dinero que echar $10 de gasolina, así de marcado es el reto de la industria”, destacó Piñero.
Según el presidente de la Asociacion de Detallistas de Gasolina, Ricardo Román, un 50% del gasto operacional de las estaciones lo representa el costo de luz y la nómina. A ello se suman los impuestos, el costo de las demás utilidades y el inventario, entre otros, que para algunos detallistas le comprometen cerca del 100% de sus ganancias. “Los costos no son proporcionales con las alzas en precios que estamos experimentando. Entre el costo de luz, la patente nacional y demás costos se absorbe nuestro margen de ganancia que fluctúa entre el 3% o 3.5%. El país no ha podido lograr reducir el costo energético y muchos han optado por cambiar sus luminarias a bombillas LED o poner sistema de paneles solares para reducir los costos, pero lamentablemente se trata de inversiones elevadas que hoy no muchos comerciantes poseen. A ello sumamos que el financiamiento no es uno muy accesible a los detallistas lo que dificulta más la situación”, expresó Román.
“El problema estriba en que el comerciante con toda esta situación deja de generar ingresos y riquezas para ellos y por ende para el país”, agregó.