No aguantan más. Los caficultores ruegan por un aumento en el precio del café, que debería alcanzar un 30% de lo que se paga hoy por el producto, o por otra solución que de verdad los libre del abismo.
Si el Gobierno accede el aumento -el Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO) es el organismo con la potestad en ley de conceder el alza-, la libra de café que usted compra, podría subir de $4.45 a $5.93.
El precio del grano aumentaría en toda la cadena de producción, que también regula DACO.
La petición del aumento se basa en una necesidad urgente de los caficultores, que en los últimos años han visto elevarse en un 40% los costos de producción del grano.
A eso hay que sumarle que el Gobierno les redujo algunos incentivos, señaló el presidente del sector de café de la Asociación Agricultores, William Mattei.
Mattei explicó que el Gobierno federal también está fiscalizando más de cerca a los agricultores para asegurarse que les paguen el salario mínimo a los que recogen el café.
Sobre este último tema, Mattei explicó que los federales están vigilando que ningún recolector gane menos de $7.25 la hora, ley que aplica a los caficultores con un volumen de negocio de $500 mil o más anuales.
El recogido de café en Puerto Rico, tradicionalmente, se ha pagado por almud recolectado.
El problema con el salario mínimo estriba, según Mattei, en que los recogedores, a fin de cuenta, van a querer trabajar “con los grandes que pagan más” y no con los agricultores pequeños, que son la mayoría.
Fuentes de Primera Hora indicaron que a muchos recogedores les están pagando por almud y, en una hora de trabajo, no se ganan los $7.25.
Mattei destacó que ahora mismo los caficultores están en un encrucijada. Si su crisis no se ataja pronto, algunos van a tener que cerrar sus fincas o tendrán que dedicarse a otros cultivos.
El titular de DACO, Nery Adames, indicó que el gobernador Alejandro García Padilla ha dicho que “su inclinación no es aumentar el precio del café”.
Adames explicó que DACO aguarda por el resultado de un estudio que realiza el Departamento de Agricultura sobre la industria y que él además contrató a un economista –José Auger- para que le analice ese documento y le dé “recomendaciones”.
El Secretario reveló que Auger está haciendo sus propias entrevistas, “para no tener que esperar al informe de Agricultura para arrancar”.
“No basta decir que los insumos les subieron... Todo eso tiene que estar acompañado de una prueba sólida”, dijo.
Adames dijo que el estudio de Agricultura “está adelantado” y que la secretaria de esa agencia, “maneja la posibilidad de alguna ayuda federal”, para los caficultores.
Éstos están dispuestos a aceptar una solución “híbrida”, que pudiera incluir un aumento de precio por debajo del 30 %, si eso viene acompañado de un alza en incentivos. Se ha barajado incluso la posibilidad de utilizar los recaudos del arancel que se le impone al café importado para auxiliar al café boricua.
¿Si le prueban que la situación de los caficultores es insostenible, estaría dispuesto a aumentarle el precio del café?
No puedo prejuzgar el asunto... Si la secretaria de Agricultura me ofrece alguna avenida que no sea la subida de precio, la prefiero.
Otros caficultores consultados por Primera Hora señalaron, sin embargo, que ese sector lo que debe exigir es que se les trate como al resto de las empresas, que decretan alzas en sus precios a base de sus costos operacionales.
En cuanto al problema recurrente de la falta de manos para recoger el grano, Mattei dijo que él rechaza que esas manos se busquen en el extranjero.
Indicó que “los brazos en la Isla los hay” , aunque no necesariamente en la zona agrícola.
Los obreros que necesita el café, dijo, que pueden conseguirse si el Gobierno los ayuda con la transportación y los albergues.
Volviendo al salario mínimo, ha salido a relucir que el Gobierno federal lo que hizo fue equiparar a Puerto Rico con Hawaii, estado que produce el café Kona, un café supuestamente gourmet que se vende caro. La industria de la Isla, comparada con la de Hawaii, es más pequeña con menos ganancias.
El vicepresidente de la Asociación de Agricultores, Juan Reyes, destacó que otra dificultad que enfrentan los agricultores de aquí es que su tarifa de agua es comercial; que antes utilizaban agua de los ríos, pero ya no se puede por la contaminación.
El presidente de la Asociación, Ramón González, dijo por su parte, que DACO va a tener que aumentar el precio del café, “que eso es inescapable”.
Mattei advirtió que “Fortaleza será la que diga si va a o no va”.