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  Por el libro
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Reuters

Londres. El mundo está agotando sus reservas de agua subterránea más rápido de lo que pueden reponerse debido a la sobreexplotación, dijeron científicos en Canadá y Holanda.

Los investigadores, de la McGill University en Montreal y Utrecht University en Holanda, combinaron datos sobre el uso de napas subterráneas de todo el mundo con modelos computacionales de recursos hídricos subterráneos para crear una medición del uso de agua respecto al suministro.

Esa medida muestra que la huella de agua terrestre -el área del suelo que depende del agua de fuentes subterráneas- es unas 3,5 veces más grande que las fuentes acuíferas.

La investigación sugiere que unos 1.700 millones de personas, en su mayoría en Asia, viven en áreas donde las reservas de agua subterránea y los ecosistemas que dependen de ellas están bajo amenaza, dijeron.

Tom Gleeson de McGill, quien lideró el estudio, dijo que los resultados son "aleccionadores" y muestran que las personas están sobreexplotando las napas en una serie de regiones en Asia y América del Norte.

Más del 99% del agua dulce y del agua no congelada del mundo se encuentra bajo tierra. Gleeson sugiere que esta gigantesca reserva podría ser crucial para la creciente población mundial, si se administra adecuadamente.

El estudio, publicado en la revista Nature, detectó que el 80% de los acuíferos del mundo son utilizados de forma sustentable, pero esto es contrarrestado por la fuerte sobreexplotación en algunas zonas clave.

Esas áreas incluían el oeste de México, High Plains y Central Valley de California en Estados Unidos, Arabia Saudita, Irán, el norte de India y partes del norte de China.

Crucial para la agricultura. "Los relativamente pocos acuíferos que son explotados fuertemente lamentablemente son cruciales para la agricultura en una serie de diferentes países", dijo Gleeson.

"Por lo que aunque el número es relativamente pequeño, éstos son recursos críticos que necesitan un mejor manejo", agregó.

Investigaciones previas han mostrado que se necesitan unos 140 litros de agua para el crecimiento de los granos que van en una taza de café, ya sean cultivados en la árida Etiopía o en la selva colombiana.

"El efecto de este uso de aguas sobre el suministro de agua disponible será muy diferente", escribieron los investigadores. "Hasta ahora, no ha habido forma de cuantificar el impacto de ese tipo de uso de aguas subterráneas agrícolas en ninguna forma global consistente", agregaron.

Gleeson dijo que los límites a la extracción de agua, una irrigación más eficiente y promoción de dietas diferentes, con más o menos carne, podría hacer que los recursos hídricos sean más sustentables.