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  Por el libro
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6 de septiembre de 2019

Primera Hora

En menos de un mes, el 1 de octubre, entrará en vigor la anunciada disminución del 11.5% al 7% en el Impuesto sobre Ventas y Uso (IVU) a alimentos elaborados.

Sin embargo, contrario al anuncio de que el pueblo vería ese alivio en todos los alimentos preparados, la baja solo ocurrirá en un limitado grupo de comercios, pues según los propios estimados del Departamento de Hacienda, apenas unos 3,000 a 4,000 de los 21,000 negocios que venden estas comidas estarían cumpliendo con los requisitos para poder exhibir el certificado que les permitiría cobrar solo 7% de IVU. 

El resto de los comercios seguiría cobrando el IVU al 11.5%, y quedaría en manos del consumidor decidir si se muda a otro local o continúa patrocinando a ese carrito o cafetería que ha visitado por años. 

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Para tener el IVU a 7% explicó Rafael Cruz, subsecretario de Rentas Internas, “el comercio tiene que cumplir con cuatro requisitos básicos: estar calificado como restaurante bajo uno de cinco códigos; estar al día con Hacienda en los pagos de IVU; no tener deudas contributivas; y tener el terminal fiscal que garantiza que el contribuyente está en cumplimiento con Hacienda, que garantiza que el comerciante reporta sus ventas a Hacienda”. 

El funcionario sostuvo que esta es una iniciativa que permite al consumidor visitante elegir ir “a un negocio que cumple con Hacienda”. 

Cruz agregó que “si no cumple con esos requisitos”, el comercio tiene que continuar cobrando el IVU a 11.5%. 

Sostuvo, sin embargo, que llevan tiempo haciendo acercamientos a los comerciantes y que la reacción entre ellos ha sido muy positiva y que ven el 7% como un atractivo para promover sus negocios. 

No obstante, eso no fue lo que observó Primera Hora cuando participó de una presentación por parte de funcionarios de Hacienda a integrantes del Centro Unido de Detallistas.

Allí, más bien había confusión y hasta reclamos a Hacienda, entre otras cosas porque, por la propia burocracia de la agencia, hay comercios que no cumplirían los requisitos, pues no se han puesto al día en sus obligaciones. 

Además, el asunto de la exigencia del terminal también generó controversia, pues obliga al comerciante a tener que establecer un contrato con una de trece compañías autorizadas por Hacienda, que no regula ese proceso, por lo que dichas compañías proveedoras y manejadoras del terminal pueden imponer los costos que entiendan sin restricciones. Por si fuera poco, el comercio tiene que tener un terminal en cada caja registradora. 

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Los funcionarios de Hacienda, de hecho, declinaron ofrecer cifras de cuánto cuesta en promedio al comerciante mantener activo el terminal, a pesar de que se le preguntó en repetidas ocasiones.

 Piden boicot a quienes no cumplan

El subsecretario de Hacienda y secretario auxiliar de Rentas Internas, Ángel Pantoja, defendió el proceso y aseguró que Hacienda ha sostenido conversaciones con todos los proveedores de terminales fiscales y que ellos tienen tiempo para hacer su negocio elegible. 

Subrayó que ese asunto “es una conversación entre el comerciante por sí solo con el proveedor”.

“Hacienda tiene interés en ver las ventas del comerciante. Esto es una invitación a incentivar el cumplimiento, para disfrutar de la tasa reducida”, insistió Pantoja, quien agregó que el proceso también promueve la idea de que el consumidor respalde al comerciante que cumple con Hacienda.

 “Aquí se habla mucho de los comercios al margen de la ley. Pues esta es la oportunidad para la ciudadanía ir a ese comercio que cumple”, dijo. 

 Pantoja aclaró que lo productos comestibles no elaborados que se venden en supermercados no se perjudican con el cambio y continuarán vendiéndose exentos de IVU. 

Sin embargo, en algunos negocios podría quedar la duda de si, por ejemplo, un refresco se venda o no al 7%, si está en una góndola y dicho negocio, como podría ser por ejemplo una gasolinera, que también tiene un deli que vende alimento elaborado. 

Según Pantoja, en casos como ese, “si es algo listo para ingerir al momento, si hay utensilios como servilletas, cubiertos o platos, aplica el 7%”. 

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El subsecretario añadió que los negocios que no estén listos al 1 de octubre, podrían irse agregando posteriormente al beneficio de la tasa reducida de 7%, una vez cumplan con los requisitos. 

Comerciantes levantan bandera

Aunque Hacienda luzca muy convencido de la claridad del proceso, el presidente del Centro Unido de Detallistas, Jorge Argüelles, no compartía ese optimismo y vaticinó que muchos comerciantes no cumplirían con todos los requisitos que exige Hacienda y terminarían quedándose fuera del grupo que podrá ofrecer la rebaja del IVU. 

“Esto va a ser complicado. Y, obviamente, esto no lo promovemos nosotros, pero sabemos que va a existir quien se tome el riesgo y empiece a dar descuentos fuera de ahí y no lo reporte”, auguró, añadiendo que seguramente habrá también comercios que sencillamente vendan sin cobrar nada de IVU, como hacen algunos al momento. 

Otro escenario, dijo, podría ser el comerciante que no pueda ofrecer el 7% para mantenerse competitivo “diga, mira te tengo que cobrar el 11.5% pero en vez de darme una peseta por el café, dame 15 chavos”.

Resaltó además su preocupación con el asunto de los terminales fiscales, que están ausentes en muchos puntos de venta, ya que el comerciante no recibe ningún incentivo por tenerlo, y por el contrariotiene que pagar por usarlo. 

“Posiblemente el comerciante diga, ‘entre lo que me quita el banco cuando me pagan con tarjeta, si también ahora me van a cobrar por el terminal fiscal que no me deja a mí dinero, y Hacienda no me da un crédito por eso, pues mejor no pongo nada’”, evaluó. 

“Sé que va a haber muchos que no van a entrar, sobre todo de la isla, los chinchorros. Y nosotros lo hemos dicho, mientras más controles impongas, más favoreces la evasión. Eso está probado”, insistió el líder empresarial.