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  Por el libro
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26 de abril de 2018

El Diario NY

El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) amplió su advertencia sobre el consumo de lechuga romana, luego de que los casos por E.coli se registraran ya en 19 estados.

La autoridad sugirió a cualquier persona evitar el consumo de lechuga romana, a menos que la persona confirme que el producto no proveniente de Yuma, Arizona, donde surgió el brote.

“Con base en nueva información, CDC está ampliando su advertencia a los consumidores para que eviten todo tipo de lechuga romana de la región en crecimiento de Yuma, Arizona. Esta advertencia ahora incluye cabezas enteras y corazones de lechuga romana, además de romaine picado y ensaladas y mezclas de ensaladas que contienen lechuga romana”, indicó la autoridad.

El número de casos ha aumentado a 84 en 19 estados, con 42 personas que requieren hospitalización, más de media docena de ellos por un tipo de insuficiencia renal aguda, informó la autoridad este miércoles.

Esto es un aumento de 31 personas en 10 estados en la última semana, cuando el CDC amplió su advertencia tras casos en Alaska.

Los investigadores aún no han podido determinar la fuente original del brote, que ahora ha afectado a personas en Nueva Jersey, Connecticut, Pensilvania, Nueva York y una amplia franja del sur y el medio oeste.

La mayoría de los casos han sido reportados en Pensilvania (18), seguidos por California (13) y Idaho (10), mientras que Nueva Jersey tiene siete casos, Nueva York y Connecticut dos, respectivamente. No se han reportado muertes.

 

Se le pide a los restaurantes evitar servir el producto y a las tiendas a venderla, a menos que confirmen que no procede de Arizona.

 “A menos que se conozca la fuente del producto, los consumidores de cualquier lugar de los Estados Unidos que tengan lechuga romana no deben comerla y deben tirarla, incluso si una parte se comió y nadie se enfermó”, se advirtió en un reporte.

Los síntomas  si alguien fue expuesto al E.coli pueden aparecer en promedio después de tres o cuatro días, y generalmente incluyen problemas estomacales severos, diarrea y vómitos.

Las edades de las víctimas van desde un año a los 88 años, con una edad promedio de 31 y la mayoría son mujeres.